La pesadilla...

Por: Leopoldo Díaz de León  

El fin de semana fui a ver un partido de fútbol. Si, sé que fue una locura, pero pensé que correr el riesgo valía la pena.  Me llevé una triste sorpresa, desde lo que sucedió aquel día, no había pisado un estadio y esta vez me arriesgué. Fue toda una tragedia: para empezar  me tardé  dos horas y media en entrar y es que en todo ese tiempo  dos  judiciales me desnudaron para revisarme de la cabeza a los pies, al salir de la revisión fui escoltado hasta mi asiento por un policía que traía un  perro de seguridad, esos que parecen asesinos y que sirven para detectar “lo que sea”.  

Ya sentado en mi lugar, claro enrejado como si estuviera en la cárcel, me di cuenta de los miles de letreros que decían frases como: “prohibido comer”, “prohibido beber”,  “prohibido pararse”, “prohibido ¡gritar!”, ¡ese fue el colmo!, ¿qué ya nadie se acuerda que un gol sin un grito, no sabe a gol? Pero las reglas son las reglas y yo no tenía opción.  

Aún faltaba lo peor: volteaba a mi lado derecho, al izquierdo, arriba y abajo y no había niños, ni mujeres, éramos puros hombres. Y es que desde aquel día, cuando dos porras contrarias se enfrentaron y hubo cientos de muertos, la fiesta del fútbol se acabó. Las puertas se cerraron al público, los partidos se dejaron de trasmitir y las familias dejaron de ser lo que son. 

Apenas iban dos minutos del encuentro y llegó el gol, “¡goooool!”, grité a todo pulmón. Las reglas no pudieron más que mi instinto. Pero con todo y todo, en menos de un minuto estaban atrás de mí dos guardias armados hasta los dientes.  Me jalaron del cabello y me comenzaron a insultar, justo cuando venía el primer puñetazo en la cara, sonó ni despertador ¡uff, Qué alivio! gracias a Dios sólo fue una pesadilla.  

Después de volver en mí, me lavé la cara y me senté dispuesto a leer lo que sucedía “en verdad” en todo el mundo. Justo en la primera plana, a ocho columnas me di cuenta que mi sueño, este maldito sueño está muy cerca de volverse realidad… y es que escenas como las ocurridas en Argentina donde un enfrentamiento entre seguidores  del histórico River Plate, terminó con cientos de heridos, detenidos y con la muerte de un policía. Sin ir muy lejos, casi cualquier encuentro entre América y Pumas de México, vuelven a estos países en los primeros candidatos para cerrar las puertas de los estadios. 

Los fanáticos de River no soportaron másy sacaron su frustración con desma nes. Fuente: eluniversal.com

 

Yo amo el fútbol, pero me parece que hay quienes lo detestan con todas sus fuerzas y si no  es así, ¿porqué confunden la verdadera pasión con la locura? 

Yo quiero seguir gritando “gooool” sin tener miedo ¿y ustedes?