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martes, 23 de agosto de 2011

En México, 95 clubes de futbol juegan en zonas de alto riesgo.

El balón también toma sus riesgos en México. De acuerdo con una investigación realizada por El Economista, hay 95 clubes que disputan sus partidos en sedes consideradas como de alto riesgo en “Información sobre el fenómeno delictivo en México” publicado por la Secretaría de Gobernación.
Los 95 equipos se consideran de todas las divisiones del futbol mexicano como es Primera, Liga de Ascenso, Segunda y Tercera División.
Directivos de los equipos que están en estas regiones aseguran que la Federación Mexicana de Futbol (FMF) no tiene un manual de seguridad y cada uno de los equipos es responsable de sus medidas. En ocasiones se coordinan con las autoridades municipales, como lo hace el club regiomontano Unetefan.
La zona roja del futbol
La balacera suscitada en el Estadio Corona en Torreón es sólo una alerta de lo que sucede en diversas zonas del país. De 316 clubes que existen en las divisiones profesionales en México, 95 pertenecen a zonas de alta violencia.
La Secretaría de Gobernación (Segob) identificó los municipios más violentos del país con respecto a cifras del 2010 y 30% de los clubes profesionales que existen en México se encuentra en una de estas 13 zonas, ocho ubicadas al norte del país.
El estado de Michoacán puntea la lista de entidades infringidas con violencia y, al tiempo, pone en riesgo al mayor número de clubes con 14 : Morelia, La Piedad, Real de Zamora, Atlético San Miguel, Reboceritos de La Piedad, Reboceros, Deportivo el Milagro, Peces Blancos de Pátzcuaro, Monarcas Morelia (Tercera), Monarcas Zacapu, Club Deportivo Yurécuaro, Limoneros de Apatzingán, Zitácuaro y Zarzeros de Tacámbaro.
A todos los jugadores de estos clubes no sólo les preocupa internar el balón dentro del arco, también les inquieta sumarse a las cifras de su estado que, tan sólo el año pasado, registraba un homicidio cada 26 horas (vinculado con el crimen organizado) según un informe de la Procuraduría General de Justicia del estado.




 
Protección, vía redes sociales
Los nervios, estrategias de seguridad y esfuerzos por cuidar a los futbolistas es un hecho constante en las divisiones inferiores, en las que ha sido una constante reciente la suspensión de partidos por la violencia.
En la Tercera División se olvidan de las rivalidades a muerte. Gracias al contacto entre directivos se logra, semana a semana, llevar a cabo los compromisos cuando la violencia no llega a su punto más alto. Emilio Herrera, presidente del club Alianza Unetefan de Nuevo León, una de las ciudades de alto riesgo en el mapa futbolero, platicó con El Economista.
Emilio no ocultó la situación que atraviesa la ciudad en la que actúa su equipo y explicó: “En la temporada pasada se pospusieron muchos partidos debido a la actualidad en el tema de la inseguridad y en ese sentido hubo mucho apoyo de la Federación. Existe un apoyo en cuanto a proteger a los jugadores y también existe mucho trabajo con los clubes, al informarnos cómo vamos a encontrar la ciudad”.
Sobre la estrategia que siguen para cuidar a sus futbolistas, el directivo mencionó que cuando son locales se reúnen en un punto de la ciudad, se suben a un camión y llegan en grupo “para estar más seguros”.
“Cuando tenemos que salir de visitantes a ciudades de alto riesgo, como Tampico, Ciudad Valle, Reynosa y Nuevo Laredo, lo que hacemos es estar en contacto con el otro club para saber cómo está la situación. Ahora con la tecnología, con Twitter y Facebook se va reportando el traslado para que las autoridades sepan que estamos con seguridad”.





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